La Justicia de Esquel ha tomado una medida sin precedentes para proteger a una víctima de violencia de género. Un hombre que desobedeció reiteradamente la orden de alejamiento hacia la madre de su hija deberá llevar una tobillera electrónica con geolocalización. Esta decisión se dio luego de que el imputado ignorara las órdenes judiciales previas, incluso llegando a enviar mensajes intimidantes a través de WhatsApp.
La situación escaló cuando el hombre publicó frases amenazantes en su estado de WhatsApp, justo antes de una audiencia judicial. Ante esta grave situación, la Fiscalía pidió una medida de protección más estricta para garantizar la seguridad de la víctima. Fue entonces cuando se ordenó el uso de la tobillera electrónica con seguimiento geosatelital.
A pesar de la apelación de la defensa, un tribunal revisor ratificó la medida, haciendo hincapié en la necesidad de proteger a la víctima frente a la desobediencia del imputado. Los incidentes de desobediencia se remontan a meses atrás, con amenazas explícitas que desencadenaron la primera orden de prohibición, la cual fue ignorada por el acusado.
El abogado defensor intentó restar importancia a los hechos, argumentando que eran “encuentros casuales”, pero la Fiscalía destacó que se trataba de un patrón de desobediencia documentado. La gradualidad de las medidas judiciales fue fundamental en este caso, ya que se intentaron otras acciones menos severas antes de recurrir a la tobillera electrónica.
En síntesis, la Justicia de Esquel ha dado un paso importante para proteger a una víctima de violencia de género, implementando una medida de control efectiva para garantizar su seguridad.
Preguntas frecuentes:
¿Por qué se ordenó el uso de la tobillera electrónica al hombre?
La medida se tomó debido a que el imputado incumplió reiteradamente la orden de alejamiento hacia la madre de su hija, poniendo en peligro la seguridad de la víctima.
¿Qué ocurrió cuando el hombre publicó mensajes intimidantes en WhatsApp?
Ante esta situación, la Fiscalía solicitó una medida de protección más estricta, lo que llevó a la orden de uso de la tobillera electrónica con geolocalización.
¿Qué argumentó la defensa del acusado?
La defensa intentó minimizar los incidentes, calificándolos como “encuentros casuales” y presentando al acusado como víctima de una presunta persecución, pero la Fiscalía demostró que se trataba de un patrón de desobediencia a las órdenes judiciales.
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