Cuando llega el frío y la mayoría de las plantas parecen entrar en pausa, descubrir una planta que siga radiante es todo un hallazgo. La caléndula se convierte en la opción perfecta para quienes desean mantener el color incluso en pleno invierno. Con sus flores vibrantes, aporta alegría y puede adaptarse fácilmente a balcones, patios o terrazas, necesitando muy poco cuidado.
Lo mejor de todo es que no requiere de grandes conocimientos ni cuidados complicados. Basta con prestarle atención a la luz y al riego para que siga floreciendo durante todo el invierno, convirtiéndose en una planta práctica y decorativa al mismo tiempo. Para aquellos que buscan una planta resistente y fácil de mantener, la caléndula es una verdadera joya invernal.
A pesar de parecer frágil a simple vista, la caléndula es todo lo contrario: es fuerte, resistente y agradecida. Sus flores naranjas o amarillas no solo aportan vida, sino que también crean un contraste encantador en el paisaje invernal. Gracias a su resistencia natural, sigue creciendo cuando otras plantas ya han cesado, siempre y cuando reciba suficiente luz y esté protegida de las heladas.
Su capacidad de florece en climas fríos la convierte en una excelente opción para mantener un toque verde sin esfuerzo. Además, se adapta tanto a jardines como a espacios más reducidos, lo que la hace perfecta para aquellos que viven en departamentos.
Cultivar caléndula en invierno es más sencillo de lo que parece. Lo esencial es asegurarle un lugar con varias horas de sol directo al día: al menos cuatro o cinco horas. Puede ser colocada en macetas, jardineras o canteros, siempre cuidando de que el sustrato tenga buen drenaje para evitar el exceso de agua.
Aunque soporta algunas heladas leves, es recomendable protegerla en zonas con temperaturas bajo cero. Durante los días más fríos, basta con moverla a un lugar más resguardado por la noche. En cuanto al riego, la clave está en la moderación: es preferible esperar a que la tierra se seque antes de volver a regar. También es útil retirar las flores marchitas para favorecer nuevas floraciones.
Más allá de su valor decorativo, la caléndula tiene usos adicionales que la hacen aún más atractiva. Es una planta con propiedades medicinales reconocidas, utilizada en cremas, aceites o ungüentos por sus efectos calmantes, antiinflamatorios y cicatrizantes. Además, es comestible, y sus pétalos pueden añadirse a tés, ensaladas o platos frescos para un toque original y colorido.
Con todas estas cualidades, no es de extrañar que cada vez más personas elijan esta planta para sus balcones o jardines urbanos. Su versatilidad, resistencia y belleza natural la convierten en la opción perfecta para darle más vida y color al invierno.
En síntesis:
La caléndula es una planta ideal para mantener el color y la alegría durante el invierno. Resistente y fácil de cuidar, florece en climas fríos y tiene usos medicinales y culinarios.
Preguntas frecuentes:
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¿La caléndula necesita mucho cuidado?
Sí, la caléndula es una planta que requiere poco mantenimiento y es muy agradecida. -
¿Puede la caléndula resistir el frío?
Sí, la caléndula puede soportar algunas heladas leves, pero es recomendable protegerla en zonas con temperaturas bajo cero. - ¿Qué usos adicionales tiene la caléndula?
Además de su valor decorativo, la caléndula tiene propiedades medicinales reconocidas y es comestible, pudiendo ser utilizada en cremas, aceites, ungüentos, tés, ensaladas o platos frescos.
Crédito de la fuente original: www.clarin.com