La Dualidad de Milei: Entre la Cordura y la Locura

Milei, el Doctor Jekyll y Mister Hyde

Después de un largo tiempo viendo a un “Mister Hyde” en acción, por fin pudimos presenciar al presidente encarnando al “Doctor Jekyll”. Parece que los que éramos un poco escépticos teníamos algo de razón, ya que pasó de gritar a explicar, de insultar a velar. ¿Será esto genuino o simplemente una estrategia electoral? Solo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que se necesita mucho más que un cambio de discurso para disipar los conflictos generados hasta ahora. Las derrotas políticas se suceden una tras otra.

Aunque se le reconoce su moderación y su capacidad de razonamiento, el discurso en cadena nacional del presidente, que tiene el monopolio del micrófono, deja a muchos perplejos. Hay aspectos que deben corregirse antes de que la figura presidencial se desgaste aún más y aparezcan los oportunistas que buscan desestabilizar. La estabilidad institucional es primordial, y sería desastroso si el peronismo, una vez más, prioriza sus rencillas políticas por encima del bienestar del país.

Surge la duda cuando escuchamos a un personaje como Milei, que más que presidente parece hablar como ministro de Economía. Si el presidente se dedica a la gestión, ¿quién se encarga de la política? Él mismo mencionó que deja ese aspecto en manos de su hermana.

Es curioso que los argentinos le hayan confiado el rumbo político del país, pero le cuesta marcar el camino, definir cómo transitarlo y elegir a los funcionarios para llevar a cabo esa tarea. El presidente es un líder político, no un simple tecnócrata. Para evitar la sensación de que está renunciando a su responsabilidad, sería necesario que se deshiciera rápidamente de lo que empaña su imagen.

Su programa político se centra en un solo punto: el equilibrio fiscal. Es cierto que el despilfarro, la emisión descontrolada y el clientelismo deben ser erradicados. En este punto, Milei tiene razón. Sin embargo, la clave está en cómo lograrlo. Aquí es donde el enfoque tecnocrático debe convertirse en político, donde la demagogia electoral debe transformarse en habilidad de gobernar, y la motosierra en recortes específicos, gradualidad y consenso.

Milei, desafortunadamente, no parece tener la vocación necesaria para estos aspectos. Culpar a Keynes de los problemas actuales es un error histórico y evidencia una falta de comprensión de la realidad argentina. La lucha contra el populismo económico no se reduce a deshacerse de un teórico, sino a cambiar un sistema arraigado en el populismo peronista.

En resumen, es fundamental que el presidente encuentre el equilibrio entre la estabilidad fiscal y otras medidas necesarias para el desarrollo del país. No basta con enfocarse únicamente en un aspecto, por importante que sea. La política requiere un enfoque integral, consensuado y gradual para lograr resultados sostenibles a largo plazo.

En síntesis:

Enfocarse únicamente en el equilibrio fiscal puede ser insuficiente para resolver los problemas estructurales de Argentina. Se necesita un enfoque más amplio que incluya reformas políticas, sociales y económicas para lograr un desarrollo sostenible.

¿Cuál es el principal enfoque del presidente en su programa político?
El presidente se centra en alcanzar el equilibrio fiscal como principal objetivo de su gestión.

¿Por qué es importante encontrar un equilibrio entre estabilidad fiscal y otras medidas políticas?
Es crucial encontrar un equilibrio para garantizar un desarrollo integral y sostenible del país, abordando no solo aspectos económicos, sino también sociales y políticos.
Crédito de la fuente original: www.clarin.com