El proceso de transformación en el Banco Nación ha sido todo un torbellino en los últimos tiempos. Tras la salida de 1.300 empleados entre retiros y jubilaciones, la entidad ha reducido su plantilla en un 7%, volviendo al tamaño que tenía en 2010. Según fuentes oficiales, esta disminución de personal se ve como una "mejora sustancial", enfocada en la eficiencia más que en simples recortes.
Pero la privatización del banco, valioso como pocos con un patrimonio que supera al de varios gigantes bancarios juntos, ha encontrado obstáculos en el camino. La conversión en Sociedad Anónima tuvo que ser pospuesta debido a un fallo judicial a favor del gremio La Bancaria. Ahora, se rumorea que podrían bajar la edad de retiro para tentar a más empleados a dejar sus puestos.
En paralelo, el Banco Nación está cerrando sucursales, como la de Ramos Mejía en La Matanza, por disputas con tasas municipales. La intención es trasladarla a Ciudadela, en Tres de Febrero, en busca de mejores condiciones. Esta movida ha puesto en alerta a otras sucursales del conurbano, especialmente en municipios peronistas, donde la falta de personal y de inversión en sistemas está generando problemas.
En medio de todo esto, el gobierno, a través del secretario de Hacienda, ha pedido a los ministros que profundicen el ajuste fiscal. La "motosierra" sigue vigente, y se buscan maneras de incentivar a las autoridades a que no se achiquen frente a la oposición de gremios y empleados.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Algunas áreas del gobierno están complicando la implementación de las medidas propuestas, lo que ha llevado a la creación de incentivos económicos para quienes logren reducir la plantilla de empleados en sus organismos. En sectores como la secretaría de Trabajo se vislumbra un posible conflicto con ATE si se producen despidos masivos.
El panorama se complica aún más con los desafíos al techo salarial impuesto por Caputo y las exigencias de aumentos salariales por parte de varios sectores. La huelga general convocada para la próxima semana promete ser un termómetro de la situación actual, con reclamos que van desde el aumento del bono hasta la represión a manifestantes.
En síntesis, la transformación en el Banco Nación y en otros organismos estatales está generando tensiones y resistencias, pero el gobierno parece decidido a seguir adelante con su agenda de ajuste y privatización.
Preguntas frecuentes:
¿Qué obstáculos ha enfrentado el Banco Nación en su proceso de privatización?
El Banco Nación ha tenido que posponer su conversión en Sociedad Anónima debido a un fallo a favor del gremio La Bancaria, lo que ha generado complicaciones en el proceso de reducción de personal y ajuste.
¿Qué medidas está tomando el gobierno para incentivar la reducción de la plantilla de empleados en los organismos públicos?
Se han implementado incentivos económicos para los funcionarios que logren reducir la cantidad de empleados en sus organismos, como una forma de estimular la eficiencia y la eficacia en la gestión.
¿Qué desafíos salariales y conflictos laborales se están presentando en medio de este proceso de ajuste?
Varios sectores están desafiando el techo salarial impuesto por Caputo y exigiendo aumentos salariales por encima de lo establecido. Además, se vislumbran posibles conflictos con gremios como ATE en caso de despidos masivos.
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