Manejar en Singapur: lujo y eficiencia en las calles.

Manejar en Singapur: lujo y eficiencia en las calles.

Andre Lee decidió dar un impulso a su carrera como agente de seguros en Singapur adquiriendo un Kia Forte usado. Su visión era recorrer la ciudad a toda velocidad en su cupé negro, causando una impresión duradera en sus potenciales clientes.

Según Lee, el coche era más que un simple vehículo: “Es como ir vestido de etiqueta con zapatos de cuero o llevar un Rolex”, expresó el joven de 33 años sobre su adquisición en 2020 por un valor de 24.000 dólares.

En Singapur, la compra de un vehículo implica costos adicionales considerables. El país insular aplica tarifas elevadas a los conductores, llegando a cobrar miles de dólares solo por el derecho a adquirir un automóvil. Estos permisos, introducidos en 1990 para controlar la contaminación y la congestión, aumentan su precio de acuerdo al valor del vehículo.

Para muchos singapurenses, tener un coche no es una prioridad debido a la eficiencia y accesibilidad del sistema de transporte público. Sin embargo, aquellos que deciden comprar un vehículo se enfrentan a costos exorbitantes. Algunos conductores pagan hasta 84.000 dólares por un certificado de titularidad de 10 años.

La campaña de décadas de Singapur para limitar la propiedad de automóviles ha dado sus frutos, con solo 11 vehículos de pasajeros por cada 100 habitantes, en comparación con más de 80 en Estados Unidos. Esta estrategia no es única en el mundo, ya que otras ciudades como Ciudad de México, Londres y Estocolmo han implementado medidas similares para combatir la contaminación y el tráfico.

A pesar de los altos costos, la demanda de permisos de vehículos en Singapur sigue en aumento, generando importantes ingresos para el gobierno. Para los residentes más acaudalados, desembolsar grandes sumas por un permiso de conducir no representa un problema, pero para la clase media, especialmente aquellos con hijos, las decisiones se vuelven más difíciles debido al impacto en sus finanzas familiares.

En este contexto, algunos propietarios de coches se ven obligados a replantear sus elecciones. Mientras que para Lee, el agente de seguros, la venta de su Kia Forte tres años después de adquirirlo fue resultado de los gastos acumulados que no se tradujeron en beneficios comerciales.

En definitiva, la posesión de un vehículo en Singapur no es solo una cuestión de movilidad, sino también de status y de decisiones financieras que impactan en la vida diaria de sus habitantes.

En síntesis

La adquisición de vehículos en Singapur implica costos elevados debido a los permisos necesarios para la compra, lo que ha llevado a una baja proporción de vehículos por habitante en comparación con otros países. Aunque el transporte público es eficiente, algunos residentes optan por tener un coche a pesar de los altos costos asociados.

Preguntas frecuentes

¿Por qué los costos de adquirir un vehículo en Singapur son tan elevados?

Los altos costos están relacionados con los permisos necesarios para la compra, los cuales aumentan de precio según el valor del vehículo y son una medida para controlar la contaminación y la congestión.

¿Cómo afecta la política de limitar la propiedad de coches en Singapur a sus habitantes?

Esta política ha resultado en una baja proporción de vehículos por habitante, siendo una decisión difícil para la clase media debido a los impactos financieros que conlleva.

¿Qué alternativas tienen los singapurenses a la hora de movilizarse?

El sistema de transporte público en Singapur es eficiente y accesible, lo que ha llevado a muchos residentes a prescindir de tener un coche propio.

Crédito de la fuente original: www.clarin.com